7 jun 2011

Personas con un Corazón Gigante!


A diario, PAE recibe animalitos que han sido víctimas del maltrato o del abandono. Esta es una de esas historias que con suerte tuvo un final feliz.
El sábado 12 de marzo de 2011, Karina, una seguidora de la labor de PAE, fue testigo de un hecho muy triste: mientras se dirigía a visitar a sus padres en Tumbaco, presenció cómo un perrito, amarrado de patas y de hocico, fue arrojado de un auto en movimiento. Karina, al acercarse a la víctima de maltrato, se encontró con un perrito flaco, desnutrido, con una herida expuesta y gangrenada en una de sus patas traseras.  Karina le brindó abrigo, alimento y cuidados hasta el día lunes, cuando lo pudo traer a la clínica.
Después de una revisión realizada por los médicos veterinarios de PAE, se llegó a la conclusión de que, para que este perrito sobreviviera, su pata herida debía ser amputada. Los médicos se pusieron manos a la obra para salvarle la vida. Karina, bastante conmovida por haber  sido testigo de este terrible acto, optó por darle al perrito una segunda oportunidad de vida. Pagó por los gastos de la operación, por la medicación y decidió abrirle la puerta de su hogar y de su corazón a este animalito desamparado.
Un día después de la operación, "Negrito", como lo bautizó su nueva dueña, con tres patas y un nuevo camino por recorrer, se dirigió a su nuevo hogar. Estamos seguros de que "Negrito" sonreía por dentro, y aunque no pueda hablar, estamos seguros de que buscará todas las maneras posibles de demostrarle a su nueva familia todo el agradecimiento que siente por haberle dado otra oportunidad para vivir.

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